Lo que soy

Lo que cuento no es historia,  
es testimonio.  
No lo digo en voz baja,  
sino con la frente en alto  
y la mirada fija en quien se atreva a dudarme.

Porque no solo sobreviví:  
en el dolor me forjé.  
Me hice voz.  
Letra.  
Cosmos.  
Fui celda y fui llave.  
Fui tristeza y consuelo.  
Porque, con el barro hasta el cuello,  
jamás dejé de mirar al cielo y las estrellas.

Me traicionaron,  
pero no devolví el golpe.  
No quise ser reflejo de lo que me rompió.  
Me apartaron,  
y escribí hasta que las palabras  
abrieron puertas que ni el silencio conocía.

No tengo diplomas en las paredes,  
tengo grietas en el alma  
y el orgullo de no haberme vendido.  
Porque no soy producto de un molde:  
soy una obra hecha a mano por la vida.  
Tallada a golpes,  
sí,  
pero con mi propio fuego.

Tengo heridas,  
claro que sí.  
Pero también palabras.  
Tengo cicatrices,  
y amigos que entienden lo que eso significa.

Y algo más que nadie puede quitarme:  
una verdad que me pertenece.  
No se negocia.  
No se disfraza.  
Se sostiene con el cuerpo entero,  
aunque tiemble.

Así que no me pidas que baje la voz.  
No me digas que lo deje atrás.  
No tengo patria.  
No tengo Dios.  
Yo soy esto.  
Soy todo esto.

Y si hace falta llorar,  
lloro.  
Si hace falta bailar,  
bailo.  
Pero nunca,  
nunca,  
me voy a callar.

Y jamás  
me voy a rendir.


Jorge Kagiagian 

No hay comentarios.: