### **El viejo samurái y el joven guerrero**
En un pequeño pueblo de Japón vivía un viejo samurái que, a pesar de su edad, seguía siendo famoso por su destreza en el combate. Un día, llegó un joven guerrero conocido por su arrogancia y su afán de provocar a los demás. Su técnica consistía en insultar a su oponente hasta que este perdiera la paciencia y atacara con furia. Luego, aprovechaba su ira para derrotarlo con facilidad.
Al enterarse de la fama del anciano samurái, el joven guerrero quiso desafiarlo. Llegó a su casa y, frente a todos los aldeanos, comenzó a insultarlo, a burlarse de su edad y a provocarlo de todas las formas posibles.
Sin embargo, el anciano no respondió. Se quedó en silencio, observándolo con serenidad. El joven guerrero gritó más fuerte, intentó humillarlo y hasta le escupió cerca de los pies. Pero el samurái permaneció inmóvil, sin mostrar ninguna emoción.
Después de un largo rato, el joven, agotado y frustrado, se dio por vencido y se marchó.
Los aldeanos, que habían estado observando la escena, se acercaron al samurái y le preguntaron:
—Maestro, ¿cómo pudo soportar tanta humillación sin responder?
El anciano sonrió y les dijo:
—Si alguien te ofrece un regalo, pero tú no lo aceptas, ¿a quién pertenece el regalo?
—A quien intentó entregarlo —respondieron.
El samurái asintió y dijo:
—Pues lo mismo sucede con la ira, la envidia y los insultos. Cuando no los aceptas, siguen perteneciendo a quien los trae consigo.
**Moraleja:** No permitas que las palabras o acciones de los demás controlen tus emociones. La verdadera fortaleza no está en responder a las provocaciones, sino en elegir qué batallas vale la pena luchar.
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