El universo, tal como lo concebimos hoy, no es una estructura rígida que se expande desde un punto central hacia el vacío infinito. Más bien, es un organismo dinámico, fluido y profundamente interconectado, un planeta que se extiende hacia la vastedad, pero con un núcleo generador que nunca deja de crear espacio-tiempo. En esta visión, el cosmos no se limita a ser un simple espacio que se expande, sino que se llena continuamente, de forma semejante a un líquido que fluye desde un punto cero, emergiendo con cada nueva porción de espacio. El universo, en su forma, es más un globo que se expande desde dentro, que un cono invertido. Y en su expansión, se comporta como un planeta con capas fluidas, con diferentes densidades que fluctúan bajo la presión de la creación.
El Punto Cero: El Núcleo Generador
En el corazón del universo, existe un punto que nunca deja de emitir espacio-tiempo, un núcleo invisible que sigue creando de manera constante. Este punto cero no es un origen en el sentido clásico; más bien, es un centro que nunca se detiene, expandiéndose hacia fuera a medida que genera nueva "superficie" en un proceso que podría compararse con un volcán que emite continuamente magma. Esta creación no es uniforme, sino que está influenciada por la densidad variable del espacio-tiempo, como un fluido viscoso que se mueve lentamente pero con un propósito claro: ocupar el espacio recién creado.
Capas de Espacio-Tiempo: Un Planeta Multicapa
Al igual que la Tierra, el universo está compuesto por capas de distintas propiedades. La superficie de este planeta cósmico está llena de capas de espacio-tiempo que varían en densidad, propiedades físicas y velocidad de expansión. Estas capas interactúan entre sí de maneras complejas, como si fueran placas tectónicas que se mueven lentamente sobre una superficie viscosa. Las fluctuaciones entre estas capas pueden ser sutiles o drásticas, y cuando una capa se encuentra con otra, pueden surgir eventos cósmicos dramáticos, tales como la creación de agujeros negros o la liberación de energía a través de ondas gravitacionales. Las "placas" cósmicas, en su constante movimiento, generan fluctuaciones y distorsiones en la estructura misma del universo, produciendo lo que percibimos como la expansión cósmica.
La Expansión Cósmica: No una Expansión, sino una Generación
La expansión del universo, lejos de ser un fenómeno de estiramiento de un espacio preexistente, se comprende mejor como un proceso de **generación**. El universo no es como un globo inflado desde adentro; es más bien como un recipiente cuya base se amplía lentamente a medida que se genera nuevo espacio. En esta analogía, el espacio-tiempo fluido que rellena el universo tiene una densidad variable, como un fluido de viscosidad diferente según la capa en la que se encuentre. La expansión no es el resultado de una fuerza externa que empuja el universo hacia afuera, sino de la creación continua de nueva "superficie" desde su núcleo. El universo está siendo **rellenado**, no estirado, como si un líquido denso se moviera lentamente desde un centro hacia los bordes, con el fin de llenar cada rincón.
La Energía Oscura: Fluctuaciones de la Marea Cósmica
La misteriosa expansión acelerada del universo es lo que llamamos energía oscura, un fenómeno que se puede entender mejor como una marea que fluye constantemente entre las diferentes capas de espacio-tiempo. No es una fuerza que empuja las galaxias hacia fuera, sino un efecto emergente del espacio-tiempo que se redistribuye para ocupar el lugar creado por el punto cero. La separación creciente entre las galaxias no es el resultado de una "fuerza externa", sino de un desplazamiento lento pero continuo de las "placas" cósmicas, similares a cómo el agua se desplaza lentamente entre dos recipientes conectados por una abertura. La energía oscura es, por tanto, la manifestación de la continua redistribución del espacio-tiempo a medida que se generan nuevas capas en la base del universo.
La Geometría del Universo: Un Globo en Expansión
El universo, entonces, no se expande como un cono, sino como un globo que se infla desde un punto cero. Las infinitas "rectas" o trayectorias del espacio-tiempo emergen de este punto y se entrelazan a medida que el universo crece. Por cada punto en este universo, infinitas rectas se ramifican hacia nuevas dimensiones, creando nuevas direcciones de existencia y aumentando la "superficie" del cosmos. Este fenómeno no es más que la geometría de la expansión cósmica, una geometría que no se limita a la segunda ni a la tercera dimensión, sino que genera constantemente nuevas direcciones, nuevas "superficies" que emergen en forma de nuevas capas de espacio-tiempo. El universo, entonces, no solo crece en volumen, sino que se **expande en dirección hacia nuevas posibilidades de existencia**.
Conclusión: Un Universo Líquido en Movimiento
El universo, entonces, es mucho más que un simple espacio vacío que se expande desde un punto. Es un **planeta líquido**, con capas de diferente densidad y propiedades, que interactúan entre sí de manera compleja, generando fluctuaciones y distorsiones cósmicas. Las placas cósmicas se mueven lentamente, produciendo ondas gravitacionales y fenómenos como la expansión acelerada. Y todo esto es el resultado de la creación continua de espacio desde el punto cero, un proceso que no se limita a estirar lo que ya existe, sino que crea nuevas superficies y nuevas posibilidades de existencia en un proceso que nunca deja de ocurrir. En este universo líquido, no hay un centro fijo, sino un flujo constante de espacio-tiempo que se genera, se redistribuye y se expande hacia lo desconocido.
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