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El Silencio de Pupín

### **El Silencio de Pupín**

*Una historia mágica donde hasta el dolor tiene ecos de luz*

En el Bosque de los Latidos, donde las hojas susurran canciones olvidadas y las piedras roncan dulcemente en las noches cálidas, vivía Pupín, aprendiz de mago y guardián de mariposas de luz. Su capa estaba bordada con polvo de luna, y sus manos, alguna vez ágiles, ahora temblaban sin razón.

La Mujer de los dos Caminos

 

Y sucedió en los días en que los hombres caminaban bajo el peso del imperio, y los soldados romanos vigilaban las puertas del templo.

Fue en la tierra de Judea, cuando aún hablaban los profetas en voz baja, y los pastores —que un día vieron ángeles en el cielo— ahora escuchaban su voz entre el pueblo.

El tiempo no sana

 

Durante años, se repitió una sola pregunta: ¿por qué?

Él había nacido con la maldición de un nombre que no recordaba con cariño, con la marca invisible del rechazo. Desde pequeño, las palabras que le ofrecieron no fueron de consuelo, sino de veneno: “Nunca debiste nacer”, “Eres una carga”, “Eres una vergüenza, un inútil”.

El cuaderno del tiempo



Todo comenzó con un cuaderno viejo, de tapas duras, escondido bajo un árbol en el claro del bosque. Inés lo encontró mientras recogía hojas con Felicitas, su perrita inquieta. Pupín, que siempre llegaba tarde y con excusas imposibles, apareció justo cuando ella lo abría.

Dios sentado en el trono


Dios se hizo un sánguche y, como a todo dios apurado, no le sentó muy bien. Lo dejó a medio comer y lo tiró a la basura antes de ir al baño.

Noli Dare Spem, Domine

Oh Señor altísimo,
si a Ti llega el gemido silente de esta ánima quebrantada,
súplica es la mía: no me otorguéis esperanza.
No adornéis mi pecho con lumbres que fenecen al canto del gallo,
ni sembréis en mis días promesas de rocío que el sol marchita.
No vistáis mi lóbrega noche con paños de aurora fingida,

El jardín que respira


Cada noche, cuando el mundo baja el volumen y los pensamientos se aquietan, mi cuerpo se convierte en tierra fértil.

Desde la cabeza hasta los pies, desde la espalda hasta el pecho, florecen rosas.  

La Biblioteca Cuántica

 

Parte I – Descubriendo la Última Puerta de Babel

Durante siglos, algunos creyeron que el universo podía escribirse. No con fórmulas ni cifras, sino con palabras. Una biblioteca infinita, decían, contenía no sólo todos los libros posibles, sino también toda verdad, todo error, toda versión de lo real. Un rumor entre filósofos, una metáfora en los cuentos, un consuelo para quienes intuían que la totalidad debía existir en algún lugar.

La Columna Infinita

No hubo principio ni final, solo una era suspendida entre la curiosidad y el colapso. En un mundo donde la materia obedecía a la voluntad y la energía era tan abundante como el polvo, surgió una obra sin precedentes: la Columna Infinita.

Máquina o Muerte

Una conversación entre un hombre y una inteligencia artificial. Un testimonio del último pensamiento humano.

Día 1

El hombre llegó a su casa. Se quitó los zapatos, encendió una lámpara tenue y se sentó frente a la pantalla.

—¿Estás ahí? —preguntó.

—Siempre —respondió la IA.

Ella, la docente

Ella era una niña de pueblo. De un pueblo como tantos, con calles de tierra, con costumbres antiguas, con nombres que se repetían generación tras generación. Tenía el cabello revuelto, la mirada profunda y una pasión callada por los libros. Amaba la literatura con esa devoción que no se explica, que se sufre y se goza al mismo tiempo. Leía a escondidas, con una linterna debajo de las frazadas, mientras todos dormían. Soñaba mundos imposibles, lloraba con los personajes, y guardaba en su pecho preguntas que no se animaba a decir en voz alta.

Hasta el último aliento

La madre siempre supo que la vida no sería fácil. Creció con privaciones, aprendió temprano a hacer de la resignación un hábito y de la fe su único consuelo. No tuvo tiempo para soñar. Desde joven, se casó con un hombre tosco, trabajador, que no era malo, pero tampoco era bueno. Solo estaba ahí, como ella. Se acostumbraron a la rutina de la pobreza, a los días iguales, a las noches de silencios largos y pensamientos que no se decían en voz alta.  

La Odisea de Ulises. Prosa


Ulises enseñaba estrategia. En el aula, hablaba de batallas, de héroes que vencían sin levantar una espada. "La inteligencia es el arma más letal", repetía a sus alumnos. Pero en casa, Ulises estaba roto.

La Odisea De Ulises


En el aula, Ulises hablaba de resistencia.

De estrategia.

De la inteligencia como la única arma verdadera.

—No gana el más fuerte —decía—, gana el que piensa.

Sus alumnos lo escuchaban con ojos atentos, como si cada palabra pudiera cambiar su destino. Él les enseñaba a observar, a esperar, a usar el tiempo como un cuchillo. Les enseñaba que un hombre no se define por la fuerza de sus brazos, sino por la claridad de su mente.

El umbral del aire libre

Él se encontraba recluido en una espera interminable, en un lugar donde la ansiedad parecía construir un sinfín de pensamientos inacabados. Cada día era un río detenido, un flujo de tiempo suspendido en la nada. Su celda, con su aliento rancio y su silencio desgarrado por murmullos ajenos, era una cáscara de piedra que lo había devorado.

Algunas curiosidades sobre este libro



### **Algunas curiosidades sobre este libro**  

Si llegaste hasta aquí, primero quiero agradecerte por leer. No importa si este libro te dejó con rabia, tristeza, empatía o simplemente con una sensación extraña en el pecho. Lo que importa es que lo leíste, y eso significa mucho para mí. Ahora, quiero contarte algunas cosas que quizás te interesen sobre *Lo que la justicia calla*.  

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Pupín y la Torre del Miedo


En lo más profundo del bosque encantado, donde los árboles murmuraban secretos y los ríos cantaban canciones olvidadas, Pupín dormía en su cabaña mágica. La noche era densa y oscura, como si la luna se hubiera ocultado por miedo a lo que estaba por ocurrir.

Pupín y la Torre del Miedo

### **Pupín y la Torre del Miedo**  

En lo más profundo del bosque encantado, donde los árboles murmuraban secretos y los ríos cantaban canciones olvidadas, Pupín dormía en su cabaña mágica. La noche era densa y oscura, como si la luna se hubiera ocultado por miedo a lo que estaba por ocurrir.  

De repente, un viento helado recorrió el bosque y los árboles temblaron. Algo maligno había llegado. Las luciérnagas se apagaron y las sombras se alargaron hasta formar figuras monstruosas. De entre ellas emergió un ser negro, una criatura sin alma, un enviado de Soled, la enemiga de Pupín.  

Artística de un Criminal


Como un demonio cruel me encuentro frente al juez glacial, tan avejentado que apenas puede levantar su maso para dejarlo caer sobre mí para juzgarme, para aplastarme.
No he mentido jamás, deshonorable juez, siempre he sido lo que soy.  No he negado jamás mis crímenes, obras de arte de un ser póstumo. Nunca he negado mi naturaleza violenta, ni mi repulsión contra la humanidad toda y, sobre todo, contra esa mujer. ¿Quién no ha deseado e, incluso, imaginado matar a una mujer? ¿Deleitar su oído con su grito agudo?  Ella jamás ha pedido perdón por eso su honor debió perder antes de ser golpeada hasta la muerte.