Carta de un hombre a si mismo



Compañero de mi vida:

Cuando leas estas líneas habrán pasado muchos años (si la fortuna así lo permitió) habrás visto tu juventud escapar de ti sin que nada hayas podido hacer. Tu rostro estará arrugado y tus manos temblorosas buscaran ayuda en un sostén al caminar. El brillo de esperanza de tus ojos habrá desaparecido hace mucho tiempo atrás; un mirar nublado y experto ocupa ahora su lugar. Estarás resignado, transitando los últimos años de la vida de un hombre anciano.