Sobre la pobreza

Casi todos los días estoy sentado sobre la vereda, siempre luciendo mi ropa andrajosa y deshecha que apenas cubre mis partes íntimas.
La gente pasa y me mira con desprecio. No entiendo porque lo hacen… si después de todo, no somos tan diferentes. Algunos reniegan por mi cabello sucio, algo pastoso, hogar de una gran familia de pequeñas criaturas que muerden mis cueros frenéticamente.
Mis pies descalzos lentamente se tornaron negros al caminar por las calles arrastrando mi pesada decepción. Mis manos tienen la piel quebradiza por rascar la tierra, siempre buscando que comer en los basurales. Aunque agotadas, siguen empujando mi carro repleto de cartones.
Es fácil atacarme, burlarse de mí, no puedo defenderme; apenas puedo levantar mi cuerpo alcohólico cada día.

De un anciano a su niñez



Mis ojos grandes miran al cielo.
Buscan al menos, una sola estrella,
buscan a través de las distancia y los años
Quieren hacer verdad las mentiras de la infancia,
quieren hacer mentira las verdades de la vida.

A mis compañeros de la primaria

“En un bar dos hombres jugaban a las cartas todos los días. Lo hicieron durante muchos años. Por cosas de la vida, Juan, uno de ellos se ausentó de aquel lugar por demasiado tiempo.

Muchos años después volvió a su barrio y luego al bar. Reconoció a su amigo sentado en aquella misma mesa...

Carta de un hombre a si mismo



Compañero de mi vida:

Cuando leas estas líneas habrán pasado muchos años (si la fortuna así lo permitió) habrás visto tu juventud escapar de ti sin que nada hayas podido hacer. Tu rostro estará arrugado y tus manos temblorosas buscaran ayuda en un sostén al caminar. El brillo de esperanza de tus ojos habrá desaparecido hace mucho tiempo atrás; un mirar nublado y experto ocupa ahora su lugar. Estarás resignado, transitando los últimos años de la vida de un hombre anciano.

Primer amor

Aún recuerdo temblar mis palabras. Buscando aquellas que lleguen a tí, aquellas que me permitan acercar mi boca a la tuya.
Todavía siento el miedo y la emoción; entremezclados felizmente en la fantasía de mi primer amor.
El vértigo de tu mirada me llevaba fuera de mí, perdido y desorientado… todo transitaba veloz a mi alrededor. Tambaleante como un ciego; mis manos te buscaban.
Los días fueron muchos miles, nos separó el destino brutal. Tan sólo el sonido de tu nombre me transporta al mismo y extraordinario lugar.
No podría olvidarte. Cómo hacerlo si estas conmigo en lo más profundo de mi ser, si crecí entre tus brazos y me hice hombre en tu recuerdo.

Un Ojo



Un ojo miraba al cielo amarillo y dentro de si, pensaba sobre la fortuna de los seres que allí habitaban... mientras anhelaba encontrar otro ser igual a él en aquellos vastos y extensos océanos carentes de esperanzas. Añoraba jugar y compartir los momentos mas bellos... sonreír y ser feliz. "Voy a lograrlo" Solía murmurar con la mirada brillante perdida en el horizonte.

Las puertas de mi corazon



Quiero arder en el infierno quiero que ardan mis pecados
Satanás llevame contigo quiero estar siempre a tu lado
dame tu dolor cobíjame en tu amargura
quémame en tu fuego hazme perder la cordura.

Cartas echadas



Mezcladas y repartidas; las cartas están echadas. Se alzó la apuesta imponente, "acepto" dije acuñando un pobre par de dos y perdí. Como si nada importara, todas las cartas vuelven al mazo. Ella se levanta, recoge lo ganado. Sus pasos se alejan...

Descanso

En mi lecho de muerte descanso. Por algún motivo la conciencia no se aleja de mí, sigo razonando y sintiendo como antes de estar aquí. Veo a través de la oscuridad sin esfuerzo alguno, y el dolor punzante de mi alma está presente, es permanente y tan intenso pero ya me he acostumbrado a sentirlo incluso a disfrutarlo y a vivirlo.
Mantengo los ojos cerrados la mayor parte del tiempo; no hay mucho que ver, quizás las marcas desesperadas de la tapa de mi ataúd. Aquellas que hice el primer día hasta que exhausto y sin poder respirar todas mis fuerzas desaparecieron lentamente hasta sucumbir.

Brillante Oscuridad


Brillante amor.
Brillante ilusión.
Brillante pasión.
Brillante devoción.
Brillante compromiso.

Brillante matrimonio.
Brillante familia.
Brillantes risas.
Brillantes hijos.
Brillantes travesuras.

Preludio a los Cantos de Maldoror

Se acercó sigiloso vislumbré su cuerpo rebosante de orgullo y de un resplandor sobrehumano. Me habló al oído ordenándome escribir sobre sus senderos recorridos… sinuosos y oscuros. Sumido a su poderosa voluntad me arrodillé como signo de obediencia a su grandeza maléfica.

No pretendas encontrar en estas líneas elementos ordinarios y banales, tiene la misma profundidad del abismo infernal. Su propósito fue cuidadosamente vedado para aquel que se niega a sentir el mal correr por sus repugnantes venas, aquel que tiñe el corazón de la misma forma que el alquitrán.

Sin salida

Sé que estoy solo en esta vida, no hay duda de ello. Resuelvo los inconvenientes diarios sin ayuda de manos amigas porque jamás hay alguien cerca de mí; soy el viejo huraño del monte distante. Quiero engañarme que temen supersticiosamente que mis desdichas los persigan pero yo sé la realidad, no es otra que les repugna mi ser.
Si tengo hambre mi sustento saldrá del trabajo de mis manos; y si no tengo quien me dé un empleo buscaré en aquella bolsa, donde otros descartan las sobras que no son dignas ni de sus perros, me dará algo de comer y el plástico me abrigará. Y si mi suerte es

Primera vez





Me encuentro perdido y ansioso. Anhelo que el momento de verte llegue, me hace mucha falta tu compañía, la añoro como el caminante de las arenas al oasis. Quiero beber de tu ternura una vez más.

Los días pasan lentamente, el tiempo casi se detiene para quien espera impaciente. Te quiero, te necesito y te extraño… ninguna de esas frases sirven, son demasiado débiles. Me desbordan las emociones; solo puedo mirarte a los ojos para que veas allí el calor de mi alma encantada de amor y ansiedad.

Evoca mi memoria aquel día primaveral, aquel momento en que mis labios tocaron tímidamente los tuyos, cuando sentí tu cuerpo presionando mi pecho.
Eres niña y mujer. Eres vida y locura… única como el primer amor.

Fantaseo con verte una vez más, imagino cómo será. Invento historias en mi mente que se rinden a tu recuerdo inevitable.
Te veo en mis fantasías… donde eres mía... donde eres mi mujer… donde soy tu hombre. Siento que me invade el miedo entremezclado con el ansia y el deseo.
Estoy desorientado, sin poder creer nada de lo que sucede.

Me veo besando tus labios, ellos saben a esperanza… deseo morderlos fuertemente, me contengo pero sí lo hago suave. Mi mano rodea tu cintura y te acerca firme hacia mí, nuevamente tus pechos sobre el mío… siento la revancha de aquella primera vez.
Nunca fui dueño de tu cuerpo pero no puedo dejar de soñarlo…
Recorro tu cuello lentamente, respirando el perfume de vida que me inunda de tu sensualidad.
Cierras los ojos, me devuelves uno a uno todos los besos que mi boca te dio; Vergonzosamente miro tus ojos, caigo en ellos. Acaricio tu rostro. Deseo llorar, me resisto pero las lágrimas felices recorren mi cara y en un fuerte abrazo humedecen tus mejillas.

Quiero detener mi soñar pero no puedo porque mi voluntad ya no me pertenece…
Sin prisa, desabrocho tu blusa; uno a uno cada botón. Lentamente descubro la totalidad de tu cuerpo, siento caer a tus pies cautivado… tu desnudez rebela la milagrosa y delicada obra del creador. Fue él quien te puso en mis manos para nunca más dejarte ir.

Poco a poco me desvisto, me ayudan tus manos… te recuesto suavemente en mi cama deseosa, tan cuidadoso como al más frágil de los tesoros.

Sigo besándote tan suave, tan lento. Mi boca se desliza desde tu cuello bajando sumisa y ansiosa hasta tus pechos, siento emoción y locura. Paso por tu ombligo y tu vientre, dejaste escapar un hondo suspiro. Nada detuvo mis besos, llegaron a todo tu ser.

Te miro a los ojos, me veo reflejados en ellos. Tus mejillas se llenan de un tímido rubor.
Nuestras bocas fundidas junto a nuestros cuerpos… somos nuevamente un solo alma, cumplen el destino de encontrar su otra mitad.
Mi cuerpo, sobre el tuyo. Siento tu calor… no puedo frenarme ya. Tan hermoso como el sentimiento de libertad, tan bello… Poco a poco la pasión ocupa su lugar. Entre amor y locura perdemos el control. Nada nos detiene, somos prisioneros de nuestra sentir... agitados y estremecidos explotamos juntos en un abrazo final.

Sin pronunciar palabras, apoyas tu cabeza sobre mi pecho sintiendo el agitado palpitar de mi corazón. Dormimos en esa misma cama ahora colmada de paz, mis brazos rodean tu cuerpo de espaldas al mío.
Al amanecer, mis ojos se abren primeros que los tuyos…se posan sobre tu cara serena, te miran hechizados durante horas que parecen años bellos y eternos...
En estos días mi mente pensó muchas cosas pero lo más hermoso fue que nos imaginé por siempre enamorados.

Jorge Kagiagian

Eterno retorno



Con paso lento, casi solemne, se acerco a mí.
Retiró las telas que cubrían su rostro, vi sus esqueléticas manos hacerlo.
Reveló su cara pálida y desfigurada.

Enferma Obsesión

Ella, una joven hermosa. Tenía una sonrisa brillante y cautivadora. Un mirar intenso y un cuerpo entre niña y mujer. Él, mucho menos llamativo, se acercó esperando ser rechazado. Era demasiado bonita para alguien con sus pobres características. Pero aún así, era dueño de una fuerza autentica e impetuosa. ¿Pero quién, acaso, prestaría atención a ese detalle?

Perfecto Corazón



En un lejano tiempo, en un distante lugar.
Un joven apuesto entra en aquella ciudad...
Orgulloso y desafiante, con impertinente actitud proclamaba ser el dueño del corazón más bello de todo el oriente medio. Abría su pecho y lo ostentaba. Era cierto… cuan hermoso en forma, color y en todos los aspectos posibles.
Cada persona que competía con él resultaba vencida, ya que la hermosura de su corazón era magnifica, única.

Miedo



Desauseada, arrastrando pesadas cadenas
Pálida y fantasmal… tienes miedo de amar
“Las heridas cierran, desaparecen
con ellas la inocencia y la confianza”
Confió abatido, el enamorado al poeta.

Aqui - Cuento Completo

Aqui



Te vi, trate de tomar tu mano.
Ajena a mí, apresuraste el paso
escurriéndote en la multitud.
Seguí a personas de un lado a otro
buscándote ansioso sin hallarte.

Amor de ensueño

“Cuenta el mito que los andróginos intentaron invadir el Monte Olimpo.
Zeus, al percatarse, lanzó un rayo que los dividió. Desde entonces, se dice que
el hombre y la mujer andan por el mundo buscando su mitad perdida”
Platón


Esta no es solo una historia de amor. Es el motivo por el cual las flores crecen, las aves vuelan, es la explicación del girar del mundo, la razón, la causa de todo…
No siempre los cuentos deber ser felices o trágicos. Hay tantos intermedios como almas sobre la tierra. He sabido de muchas leyendas pero, sin duda, esta fue la más me conmovió.

Recuerdos del amor después de la muerte



Lo recuerdo muy bien: comenzaba a oscurecer, las nubes grises cerraban el cielo. Un clima glacial de preguntas sin respuestas asolaba las calles y la sensación inexplicable de ser observado me incomodaba…apurando el paso llegué a mi hogar.
Ligeramente cené algunos de los restos que habían sobrado del mediodía; luego me dirigí a mi habitación a descansar. El ambiente se sentía denso y mi respiración agitada no permitía relajarme… el aliento escapaba de mi boca como una emanación fantasmal, dibujaba en el aire espeluznantes figuras por lo que decidí cerrar los ojos para no verlas y finalmente tratar de dormir.

Mi mundo de fantasías



Estas palabras son producto de una mente herida y enferma, la mía. Que pidió ayuda a gritos, pero estos fueron ignorados y luego callados. Nadie siquiera recuerda haber escuchado mis tristezas. Yo quisiera olvidarlas, pero están arraigadas en mí, como el náufrago a su destino de tempestad.

Reflexiones de 1984

Por momentos siento que mi realidad es otra, que no pertenezco a este tiempo
que no soy quien toma las decisiones sobre mis actos…
Creo que la locura esta dentro mío. Hay algo cruel y malvado…destruyo todo lo que toco.
Todos parecen malditos programas de computadoras en un mundo carente de sentido.

Me miro al espejo y no me reconozco… corto mis cabellos, pero sigo sin verme
Arranco la piel de mi cara, veo mi globo ocular. Pero no veo quien soy realmente…

No quiero seguir adelante con mi vida, con un bisturí corto mis venas.
Veo mi mecanismo Terminator fallando, lo reparo y sigo buscando a Sarah Connor.

Jorge Kagiagian



Confesión de maldad

Mi poesía consistirá, sólo, en atacar por todos los medios al hombre, esa bestia
salvaje, y al Creador, que no hubiera debido engendrar semejante basura.
Comte de Lautréamount




Vastos espacios, infinitos desiertos se despliegan hasta el horizonte que nunca existió. Cayendo eternamente en un vacío Aleph, no hay tiempo, nada tiene precedentes. Mi pensamiento merodeó por caminos arbitrarios; pero ya no más, ansío algo diferente, algo nuevo. La soledad fue demasiada, debo escapar de mi propia maldición.

Crear seres, esclavizarlos y para jugar con ellos, la crueldad ayudaría a la diversión. Prometerles mil y un maravillas para decepcionarles luego… eso me distraería pero no es suficiente.
Quisiera que sintieran la felicidad de tenerlo todo, aunque sea por unos instantes, y arrebatárselos después. La congoja será aún mayor, porque no hay quien aprecie lo que no conoce; el valor se adquiere sólo cuando se pierde lo amado. Pero si otra persona te lo quitase el remordimiento no alcanzaría, es necesario fabular la culpa en ellos para que lamenten la falta durante toda su existencia.
Mi mano guiará hacia la perdición a los hombres. Creerán ser libres y se angustiarán por las consecuencias de sus actos; a esa mentira la llamaré “libre albedrío”.

Luego de su aparente desobediencia podría condenarlos a muerte para demostrar mi justicia divina… pero sería muy sencillo; le falta algo que realmente los conmocione en sus entrañas, que atormente sus almas. Argumentando piedad les arrebataré todo los dones que mi mano generosa les dio y se enfrentarán a las aflicciones que yo habré plantado en ese mundo también creado por mí.
Terremotos y catástrofes sin límites, ciudades devoradas por lluvias de fuego y la gran inundación que dejará diezmada a la humanidad. Enfermedades y hambrunas llevarán al hombre a la más abyecta de las miserias; desearan la inexistencia.
Hermanos enemistados a muerte por un trozo de algún animal sin vida, imposible de identificar por su estado de putrefacción. Ese pictórico retrato realzará el sabor de mi festín, del que disfrutaré mientras degusto cada detalle de tal barbarie.

Pero todo aquello no bastará; mi ambición necesita más. Sembraré semillas de odio y desprecio en los corazones de los hombres. Quienes cosecharán guerras sin piedad. Correrán en círculos. Abrumados, no tendrán donde escapar de su propia e ilimitada maldad. Encontrarán efímera paz proclamando héroes a pobres mutilados de los cuales se olvidarán poco después. Imagen tan triste como aquella en la que el hambriento encuentra una moneda en uno de sus andrajosos pantalones; suficiente como para saciar el estomago por unas horas pero pronto el crujido del vientre azotará de nuevo.

La parte más bella será que, a pesar de ser el culpable de todas sus desgracias, me presentaré frente a ellos, curaré algunos enfermos y haré milagros. Seré su esperanza y su salvador. Escucharé sus males, mi alma se quebrará cual cristal al oír tanto sufrimiento, tanto dolor; me acongojaré con ellos y fundidos en un eterno abrazo lloraremos juntos. Seré amado por quienes habré dañado sin clemencia. No hay nada que supere ese sublime sentir.

Pondré en ellos todas las pasiones posibles, odio, venganza, amor, temor, envidia, ambición, lujuria… no faltará ninguna. Presentaré mis mandamientos, las cuales prohibirán todo lo que yo he puesto en sus corazones.
Nunca podrán sentirse seres realizados y completos. Siempre la carencia los atormentará, porque nadie puede cambiar su esencia. Nunca un grosero buey podrá transformarse en un noble corcel, ni yo en un ser misericordioso. Por eso vivirán sumidos en la más profunda frustración.

Mi mano derecha, podrida y corrupta, estará presente en todos los puestos de poder… la llamaré mi gran ramera. Inculcará el sentimiento de culpa en cada ser humano. Se inmiscuirán hasta en la intimidad de todos, nadie podrá siquiera disfrutar de sus partes íntimas, porque serán censuradas y destinadas a la vergüenza.
Esa premeditada manipulación será transmitida de generación a generación…
Aún así, me venerarán. Creerán que todo lo bueno vendrá de mí; y lo malo de mi hijo más hermoso, quien es orgullo fiel de su padre. Encontrarán la forma de explicar todo el universo usando nuestros nombres... creerán por fe la más irrisorias e hilarantes afirmaciones.
Ridículamente harán imágenes de mí. Tendré mil apodos, todos sinónimos de amor.

Esto sólo será el comienzo. Cada seudónimo tendrá su propio ejército. Comenzará la gran masacre… asesinos proclamando mi nombre en batalla, alzando graciosos símbolos como estandarte por los siglos de los siglos. En un eterno juego sin fin, sin respuestas. Confundidos por su propia idiotez. Guiados por líderes dementes en los cuales yo habré puesto la locura dentro de sus cabezas, tan meticulosamente como un escultor que transfigura el mármol según sus deseos. Los llevarán a la más nefasta perdición y quien se niegue a formar parte de mi plan divino, arderá por siempre en el fuego eterno del abismo infernal que yo mismo habré de crear.

En fin, el destino está escrito por mi mano implacable.

Con la más exquisita precisión, iniciaré mi obra:
“En el principio creó dios los cielos y la tierra…"

Hágase mi voluntad.

Jorge Kagiagian

El fin de mi lucha



Luego de tiempos muy crueles... entra meditabundo en su habitación con la decisión tomada. Pone el arma sobre la mesa. En una hoja en blanco narra sus razones:

Elvis Presley - The vicious circle (In the ghetto)


Ver letra


The vicious circle (In the ghetto)






The vicious circle (In the ghetto)

As the snow flies
On a cold and gray Chicago mornin'
A poor little baby child is born
In the ghetto
And his mama cries
'cause if there's one thing that she don't need
it's another hungry mouth to feed
In the ghetto

People, don't you understand
the child needs a helping hand
or he'll grow to be an angry young man some day
Take a look at you and me,
are we too blind to see,
do we simply turn our heads
and look the other way

Well the world turns
and a hungry little boy with a runny nose
plays in the street as the cold wind blows
In the ghetto

And his hunger burns
so he starts to roam the streets at night
and he learns how to steal
and he learns how to fight
In the ghetto

Then one night in desperation
a young man breaks away
He buys a gun, steals a car,
tries to run, but he don't get far
And his mama cries

As a crowd gathers 'round an angry young man
face down on the street with a gun in his hand
In the ghetto

As her young man dies,
on a cold and gray Chicago mornin',
another little baby child is born
In the ghetto

Autor: Mac Davis


El círculo de la vida (en el gueto)

Mientras la nieve vuela
en una mañana fría y gris de Chicago,
un pequeño niño, un bebé, nace pobre
en el gueto.

Su mamá llora
porque lo que no necesita
es otra boca hambrienta que alimentar
en el gueto.

¿Es que no lo entienden?
El niño necesita de nuestra ayuda
o algún día, crecerá
para convertirse en un adolescente enojado.

Echemos un vistazo.
¿O estamos demasiado ciegos para verlo?.
¿O es que simplemente volvemos nuestras cabezas hacia otro lado?.

Pero... el mundo continúa.
Un niño con la nariz sucia juega solo en las calles
mientras sopla el viento frío
en el gueto.

El hambre lo quema por dentro.
Comienza a deambular de noche...
Aprende como robar.
Aprende como pelear
en el gueto.

En una noche de desesperación
un adolescente no resiste más.
Compra un arma, roba un coche.
Intenta escapar; pero no llega muy lejos.
Mientras una multitud se reúne alrededor
de un adolescente enfadado tumbado en la calle
boca abajo con un arma en su mano
su madre llora...
en el gueto.

Mientras su hijo adolescente muere,
en una mañana fría y gris,
otro niño pequeño, un bebé nace
en algún triste gueto.


Traduccion libre: Jorge Kagiagian






Sobre la canción: http://es.wikipedia.org/wiki/In_the_Ghetto



Interpretacion de Elvis Presley, versión de estudio:



Interpretacion de Elvis Presley, en vivo:

Quiero ser un pirata

Todos tuvimos sueños de niños, el mío era ser un temido pirata.
Soñaba con desenterrar tesoros,
a punta de cañón saquear grandes galeones,
abordar navíos corsarios blandiendo mi espada.
Todo para secuestrar el corazón de una hermosa doncella.

¡Oh Aquiles!


Mitos y leyenda, dioses y héroes nada serian sin ti.
Tú el príncipe de Mirmidones, el más rápido de los hombres
El sumergido en el Estigia, el invulnerable.
El inspirado por el amor y la ira, resplandece tu espada
Eres único en la Hélade de todos los tiempos.
Jamás habrá otro igual, no podrán alcanzar tu gloria.
Para ti hay cantos y versos, los cuento por miles.

Nada



Esto no es un cuento, ni una historia, no responde a ninguna estructura literaria.
Nada se ajusta más a mi sentir que el caos,
la felicidad se alejó y no volverá. Ya nada queda…
Hace tiempo atrás conocí a una mujer. Lo di todo sin esperar nada a cambio, y eso recibí. Soy injusto;
mi recompensa fue la traición con la misma perfidia de quien se casa sin amor.
No paro de escucharla, de soñarla, de amarla… Muero por momentos y despierto ausente…
Lloro, grito y enloquezco; para volver a desfallecer. Tembloroso, ruego el fin de esta tortuosa pesadilla.
La angustia esta aquí, no pretende irse. Este texto no tiene un comienzo, ni argumento,
no responde a ninguna estructura literaria, Quizás solo tenga un desenlace: la tristeza sin final

Jorge Kagiagian

Ojos Tristes



No puedo borrar tu dolor de mi mente. Ver tus ojos desauseados y vencidos.
No supe hablarte, ni quererte. El miedo fue el culpable.

Como una niñita lloraste desconsolada. ¿Como escapar de ese recuerdo?
Si me atormenta en cada sueño, si lo revivo una y mil veces.

Si pudiera verte, si lo intentaras, al menos un solo instante
verías en mis ojos tristeza igual a la tuya.

Conozco quien eres, conozco tus deseos y conozco cuanto me quieres
pero todo fue demasiado. Nunca podremos perdonarnos tanto mal.

Quisiera poder consolarte en mis brazos y pagar por el dolor que te cause.
Lo soportaría todo y mucho más… no hay mayor dolor que a no tenerte.

Jorge Kagiagian

Una noche larga

"No es bueno que todo el mundo lea estas páginas que siguen; sólo algunos saborearán este fruto amargo sin peligro. Por consiguiente, alma tímida, antes de adentrarte en semejantes landas inexploradas, escucha bien lo que te digo: dirige tus talones hacia atrás y no hacia adelante"
Conde de Lautréamont


Eclipse

Contigo se asoma tímidamente la esperaza
como un rayo de luz dentro de una impenetrable cueva.
Entra a liberarme, al fin, de mi perpetua soledad.

Acostadito junto a vos

Acostadito junto a vos, te veo dormir…
Veo tus ojitos cerrados, lleno de lagañas…
Frotas tus piernas con las mías, buscando mi calor…
me raspan y me hieren tus carditos.

Tus ojos

Caminos de locura,
ciego, transito hacia ellos,
nadie me detiene,
no tengo voluntad, camino hacia ti

Claridad

"No es bueno que todo el mundo lea las páginas que siguen; sólo algunos saborearán sin peligro ese fruto amargo" Conde de Lautréamont



Al fin veo completamente claro. Todo cobra sentido.
El bien, el mal, la traición y la lealtad son el anverso y el reverso de la misma
moneda.
Primero fue un juego enfermizo y psicótico .
Luego un desafío. No podía perder, nunca lo podría permitir.
Hoy es una perpetua obsesión. No duermo. Mi mente no se despoja de ese único
pensamiento.
Tengo tantos sentimientos encontrados que no logro identificar ninguno.
Lo que sí sé es que duele. Mi alma sufre.
Este siniestro juego llenó mi vida de enemigos.
Debo destruirlos. Es lo mejor para mí, aunque todo sea, tal vez, producto de una
intensa paranoia.
Pero tengo ventaja. Veo a través de las paredes.
Escucho las voces. Me cuentan todo. No hay secretos para mí.
Camino por mi habitación como una criatura enjaulada.
Estoy alerta. Estoy preparado. Estoy esperando.
¿Cuándo fue que todos viraron? Todos menos yo. ¿Cuándo perdieron el camino?
Soy yo el único que puede devolverle al mundo su rumbo. Es mi misión, mi
mandato.
Ciegos que no quieren ni saben ver. Prisioneros de la insignificancia de lo
cotidiano.

¡Me ascendieron! ¡Gané mucho dinero! Vacía y volátil felicidad.
Están muertos, no lo ven. Viven vidas sin sentido ¡Sin nada!
Daría lo mismo que vivieran o no. Yo debo encarrilarlos o eliminarlos.
Aun así los envidio, no existe felicidad para mí.
Afortunados quienes tienen dioses. Ahogados en mi mismo fango, viven fantasías
de dicha y bienestar. Sus divinidades les dan esperanzas.
Veo todo claro, ese es mi castigo.
Mi vida es infeliz y desesperanzadora. Soy consciente de mi miseria.
Pero la lucha saca lo más poderoso de mí.
Manipular a otros seres cual titiritero. Jugar a ser el dueño de sus vidas. Saber que
puedo apagarlas cuando quiera.
Quiero matar a quienes me dañaron, a quienes me trajeron aquí.
Dibujar las paredes con su sangre. Violar a sus mujeres. Educar a sus hijos como
sus enemigos. Vestirme con sus pellejos. Usar sus caras como máscaras y
representar mi satírica comedia. La abominación y el asco estarán presentes en cada
acto.
El odio me motiva, el dolor me guía.
Grito, aúllo de agonía. Nadie me escucha, pero me reconforta saber que ningún ser
oirá sus gritos cuando sean torturados. Solo yo disfrutaré esa música.
No me detendrán. Ya no puedo parar.
Voy a salir de este lugar golpeando mi cuerpo contra las paredes blandas.
¡YO NO ESTOY LOCO, LO ESTÁS VOS!

Jorge Kagiagian