Muchos años después volvió a su barrio y luego al bar. Reconoció a su amigo sentado en aquella misma mesa...
El compañero al distinguirlo parado junto a la puerta, lo miró y solamente dijo: “Juan ¿Seguimos jugando?”
La belleza de esta historia está en que no importó la distancia, ni los años…
el tiempo no había pasado para ellos. Lo habían vencido.
Hace unos días tuve la suerte de reencontrarme con mis compañeros de la primaria luego de 17 años sin vernos. Esperaba un momento emotivo, abrazos y lágrimas... pero no fue así. Al contrario, nos reímos y nos peleamos... disfrutamos como niños nuevamente, tal como lo haciamos en aquellas clases y recreos.
Las acnécdotas que recordamos las sentimos como si hubieran ocurrido ayer... incluso algunas de ellas volvieron a repetirse ese mismo día.
Indefectiblemente el tiempo transcurre; hoy podemos tener hijos, familia, heridas y anhelos pero nuestras esencias continúan siendo las mismas. Aún conservamos mucho de aquellos niños que llevaban el guardapolvo blanco y que escondían en sus ojos un milagroso brillo de ilusión… quizas por eso revivimos aquellos años colmados de magia de esa forma tan única y asombrosa.
Quisiera terminar este muy breve relato diciendoles a cada uno de ellos:
”El tiempo no ha pasado para nosotros, no nos ha cambiado. Lo hemos vencido. Seguimos siendo amigos”
Jorge Kagiagian
PD: Nunca podría dejar de quererlos de la forma que lo hago el día de hoy.
desde abajo a la derecha: Sergio Borelli (Tate), Hernan Collazo, Fabiana Blanco,
Maria Laura Etchevarne, Luciano Frangi, Verónica Kepa, Fernanda Fermi y Jorge Kagiagian.
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