La vergüenza de ser argentino: Ley 11825, Restricciones sobre bebidas alcohólicas


"Nada está perdido si se tiene por fin el valor de proclamar
que todo esta perdido y que hay que empezar de nuevo".
Julio Cortázar

Como todas las notas de la serie “La vergüenza de ser argentino”, será intencionalmente breve y clara para su rápida lectura.

Presentaré el porque esta ley (y otras de las mismas características) es vergonzosa para un gobierno democrático y porque manifiesta la principal característica del argentino: el más triste facilismo, esa trampa tentadora de consecuencias a largo plazo.

Enfrenamientos violentos, vandalismo, vómitos, desmayos, comas alcohólicos y vergonzosas escenas en la vía publica; menores y mayores de edad como participes y testigos promovieron la creación de la Ley 11825. Una ley de las tantas en la República Argentina (que ni es una república y el argentum se lo llevan al exterior) que ataca de forma directa las libertades individuales; porque parece mas fácil prohibir que diseñar una solución eficaz y que sanee el problema de forma definitiva.