Narradora de ilusiones traicionadas y sueños moribundos.
Combinados, como por arte de alquimia, lo despreciable con lo hermoso juntos en el mismo compás.
Eterno retorno
Con paso lento, casi solemne, se acerco a mí.
Retiró las telas que cubrían su rostro, vi sus esqueléticas manos hacerlo.
Reveló su cara pálida y desfigurada.
No pude distinguir su nariz de sus orejas, ni de su boca… eso si... sus ojos brillaban.
Traté de gritar pero el terror se adentro en mí… me consumió
Jorge Kagiagian
Otra version:
Eterno retorno
Con paso lento, casi solemne, se acerco a mí.
Retiró las telas que cubrían su rostro, vi sus esqueléticas manos hacerlo.
Reveló su cara pálida y desfigurada.
No pude distinguir su nariz de sus orejas, ni de su boca… eso si... sus ojos brillaban... me miraban... me seguían y me hablaban. Quise entenderlo... pero no lo escuchaba.
Posó su mano sobre mi rostro pero no la sentía. El lloraba... yo no entendía.
Se alejó y no pude levantarme. La tela que cubría su rostro ahora me envolvía.
Alberto Aquino y Jorge Kagiagian
Representa la adicción a la cocaína.
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