“Cuenta el mito que los andróginos intentaron invadir el Monte Olimpo.
Zeus, al percatarse, lanzó un rayo que los dividió. Desde entonces, se dice que
el hombre y la mujer andan por el mundo buscando su mitad perdida”
Platón
Zeus, al percatarse, lanzó un rayo que los dividió. Desde entonces, se dice que
el hombre y la mujer andan por el mundo buscando su mitad perdida”
Platón
Esta no es solo una historia de amor. Es el motivo por el cual las flores crecen, las aves vuelan, es la explicación del girar del mundo, la razón, la causa de todo…
No siempre los cuentos deber ser felices o trágicos. Hay tantos intermedios como almas sobre la tierra. He sabido de muchas leyendas pero, sin duda, esta fue la más me conmovió.
¿Encontraremos el amor, a esa mitad perdida? ¿Está destinado? Quizás la nuestra se encuentre lejos, sollozante, añorando los tiempos en que estuvieron juntas.
Luego de tantas decepciones, quizás tenga miedo de seguir su búsqueda. Las heridas se cierran, desaparecen pero con ellas la confianza y la inocencia.
Por eso algunos nos conformaremos con mucho menos, quizás por apresurados, por miedo a la soledad, o por otros motivos ajenos al amor… realidad tan triste que mis lágrimas caen sobre la tinta de estas páginas en el vano intento de borrar mis desdichadas palabras.
Ellos eran el uno para el otro, de niños no se conocieron. Siendo adolescentes y adultos la situación no fue diferente.
A mi corazón le encantaría decir que se vieron, que se enamoraron instantáneamente y formaron una maravillosa familia, que vivieron muchas aventuras dignas de esas historias que pasan de generación en generación, aquellas que son contadas por las madres amorosas a sus hijos en el lecho antes cerrar los ojos para dormir. Pero lamento decir que no fue lo que sucedió… cuanta tristeza pesa en mis palabras.
Sus caminos estuvieron muchas veces a punto de cruzarse, pero alguna pequeña diferencia, fatal, fue la culpable que nunca ocurriera.
El amor no es sencillo, nadie lo ha dicho y nadie lo hará jamás. La persona indicada, en el momento oportuno, tantas coincidencias. Que se transforma en un verdadero milagro que aunque se repita día a día no es menos milagroso por ello.
Sin ser conscientes del verdadero valor de este sublime sentir, he visto, hasta el hartazgo, enamorados capaz de dar su vida por el otro, y que por una palabra mal interpretada emprenden caminos diferentes. Y dolorosamente separan sus vidas, lo cual no es mucho menos que un crimen.
Las medias almas se buscarán y se encontrarán. Lucharán contra todo y permanecerán juntas. Ese es su destino, su voluntad y así debe ser. No hay nada que pueda evitarlo… Ellas vivirán su destino de amor… lo harán una y otra vez, por siempre.
En contra del designio cruel de no encontrarse nunca en el camino de la vida, el alma de este muchacho se desprende de él. Y se encuentra con la tierna alma de ella.
Se abrazan, se besan y se aman hasta el amanecer… Viven el amor que les fue negado noche tras noche, sin excepción. Convirtiendo a esta pasión en la más hermosa que haya existido algún vez.
A la mañana siguiente, se desgarran en el adiós, entre llantos y la ansiedad de volver a verse. Sigilosamente vuelven a sus cuerpos.
Al despertar, ellos nunca entenderán lo que sucede… esperaran al próximo anochecer sin saber porque. Solo tendrán la sensación de un sueño maravilloso del cual no quisieran despertar, del cual nada recordaran.
Fue tan extraordinaria esta leyenda que ha sobrevivido a los siglos. Hay quienes dicen que los antiguos dioses la admiraron con tanta emoción, tanta devoción que en honor a ellos (y a las almas que esperan entristecidas) les fue creada una nueva constelación… la más bella y extensa de todas.
Cada estrella representa una palabra, una frase, un sentimiento de esta historia de amor que nunca jamás terminará.
Jorge Kagiagian
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