Narradora de ilusiones traicionadas y sueños moribundos.
Combinados, como por arte de alquimia, lo despreciable con lo hermoso juntos en el mismo compás.
Miedo
Desauseada, arrastrando pesadas cadenas
Pálida y fantasmal… tienes miedo de amar
“Las heridas cierran, desaparecen
con ellas la inocencia y la confianza”
Confió abatido, el enamorado al poeta.
Siento el dolor de tu penar, lastima.
Lo conozco, también mío fue.
Mi corazón sollozó esas mismas voces
Angustiado, a la muerte vio la cara
Valeroso, en tus manos palpita hoy.
Cautela y espacio veras en mi socorro
Calmaré tu inquietud, sanaré las injurias de amor
Habrá claridad en el pánico desesperado
Seré el sendero escondido del bosque aterrador
No te soltaré, firme mi brazo nunca cederá
Sonríe, falta muy poco para ser feliz
Abandona las tristezas y las nuevas lágrimas
Sonríe, tesoro, sonríe que allí estaré
Y cuando no desees sonreír…
Te prometo, amor mío, allí también estaré.
Jorge Kagiagian
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