Narradora de ilusiones traicionadas y sueños moribundos.
Combinados, como por arte de alquimia, lo despreciable con lo hermoso juntos en el mismo compás.
Cartas echadas
Mezcladas y repartidas; las cartas están echadas. Se alzó la apuesta imponente, "acepto" dije acuñando un pobre par de dos y perdí. Como si nada importara, todas las cartas vuelven al mazo. Ella se levanta, recoge lo ganado. Sus pasos se alejan...
Arrojo la baraja contra la pared, como lluvia de cartón y colores; caen una a una sobre mí.
En el piso veo distante una carta aplastada y sucia, un solitario corazón.
Apoyo la cabeza sobre la mesa y escondo entre mis brazos las vergonzosas lágrimas de unos ojos tristes, mientras mis bolsillos siguen vacíos de toda esperanza e ilusión .
Jorge Kagiagian
Ilustracion, pintura de Alan Paul Silva
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