¡Oh Aquiles!


Mitos y leyenda, dioses y héroes nada serian sin ti.
Tú el príncipe de Mirmidones, el más rápido de los hombres
El sumergido en el Estigia, el invulnerable.
El inspirado por el amor y la ira, resplandece tu espada
Eres único en la Hélade de todos los tiempos.
Jamás habrá otro igual, no podrán alcanzar tu gloria.
Para ti hay cantos y versos, los cuento por miles.

Veo temblar la mano de Homero, tiembla al escribir tu nombre.
Desafiaste a Troya y a su dios, Fuiste audaz y valiente.
Siento el miedo de Héctor en mí, me alcanza tu furia.
Pero Zeus no te libró de tu destino tan irónico como cruel
La cobarde pero certera flecha de Paris te dio muerte
¡Qué calamidad! lloro, grito, me siento desfallecer.
En Lemmos está tu revancha envenenada, supurosa y hedionda.
Las fuerzas regresan a mí, me estremezco y vitoreo tu nombre.
El arco de Heracles, al fin, nos dará tu venganza.

Jorge Kagiagian

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