Ojos azules,
océano encantador;
tu cuerpo
envoltorio grácil
de un alma sensible,
apasionada y sutil.
En la intimidad
de un cielo inquietante,
de una noche sin estrellas,
el brillo lunar
embriaga tus secretos
en cada mirada,
en cada suspiro.
Escapan libres
tus silencios prisioneros.
En la intimidad de la noche,
qué no dormirá
embriagada de amor,
te revelas amante y mujer.
Jorge Kagiagian
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