Nadie Más


Misterio, tu rostro,
inquieto silencio.


Sombra, tu cuerpo,
tramposa seducción.

Amor Silente

Enigmas, secretos,
luces esquivas...
los misterios todos.
cometas, estrellas,
luces esquivas...
los astros todos,
entre ellos, este amor.

Cositas en la panza


En el parque,

desde la calesita,

vi las trenzas

que su abuelita le hace.

Jugaba con sus amigas

Saltando la soga

riendo muy feliz.


Ay, me pongo muy nervioso

cuando estoy cerca de ella.

Mi corazón late fuerte, fuerte,

y mis palabras se me enredan.


Es tan linda, parece un sueño,

tiene ojos de color miel,

sus mejillas rosaditas

como las frutillitas de mi jardín.

Cuando ríe

es como sentir al sol brillando 

muy dentro de mí.


Hay cositas en la panza

que me ponen contento,

me dan ganas de saltar

como Algodón, mi conejo.


Si me animo

y mi mamá me deja,

la voy a invitar

a tomar la leche

con muchas galletas.


Ahora mismo

quiero ir al parque

así desde lejos, escondido,

verla otra vez.


Cuando sea grande

como mi papá,

le voy a regalar

muchos caramelos

y la flor más linda

de mi jardín.


Jorge Kagiagian



El último cigarrillo


Encendí el cigarrillo, dejando que el humo llenara mis pulmones y me envolviera en una nube de placer y tranquilidad. Era consciente de que debía dejar de fumar, pero no le di importancia ni escuché los consejos ajenos.

Mis pensamientos se disolvían, y mi cuerpo se entregaba al placer efímero de aquel cigarro. Mientras exhalaba el humo, sentí cómo algo dentro de mí se desvanecía lentamente, como la ceniza del cigarrillo que se iba acumulando en el cenicero.

El humo espesó el aire, parecía dibujar figuras abstractas. Comenzó a envolverme como si quisiera ahogarme en el terror de sus formas.

Fue en ese momento cuando tomé la última pitada, y sucedió. Sabía que en algún momento habría de suceder, pero mi mente lo negaba. De repente, mi cuerpo se estremeció y un dolor agudo en el pecho me paralizó. Intenté respirar, pero no pude. Pesado, caí al suelo, luchando, sin éxito, como un pez fuera del agua, por una bocanada de aire.

En ese momento, todo lo que pasó por mi mente fue una sensación de profunda tristeza y arrepentimiento. Me di cuenta de que permití que los malos hábitos me consumieran. Me había negado a mí mismo la oportunidad de ser libre y feliz, de hacer valer cada segundo de mi vida.

Y así, en medio de la oscuridad y el silencio, llegaba mi hora. Un último aliento escapó de mis labios en un suspiro triste y gris. El humo se desvanecía mientras mis ojos se oscurecían aunándose con el cielo de la noche.

Entre mis dedos, aún estaba aquel último cigarrillo, aún encendido... 

Jorge Kagiagian 

Ciencia olvidada en desarrolllo

Durante toda mi vida, he seguido mi vocación con esmero, trabajando, estudiando y enseñando mi profesión. Se trata de una disciplina que pasa desapercibida para la mayoría, o que simplemente desconocen.

¿Por qué la lluvia me causa tanta nostalgia?


Llueve,
y la nostalgia me invade.

¿Será, porque cada gota 
fue color,fue nube fue cielo
Y hoy... tormenta ?

Quizás
una de esas gotas, se elevó, dejando en el mar
un profundo vacío,
o surcó inadvertida
los ríos, los arroyos. 
Quizás fue angustia
en la humedad
de una almohada.

Quizá
esa gota fue una lágrima
escapando de su mirada,
una gota que entró en ella
al beber de una copa deseando olvidar.

Tal vez fue su sangre,
su cuerpo, su corazón...
Tal vez fue miedo, fue dolor,
tal vez silencio y desolación.

Quizá en una noche
de tristeza y soledad,
esa lágrima fue el amor deseando morir.
Quizá en una noche
de tristeza y soledad,
esa lágrima fue su alma.

Siento que la lluvia 
jamás se detendrá… 

Jorge Kagiagian








Llueve,
y la nostalgia me invade.

¿Será, quizás, porque sé
que cada gota lleva en sí
un poco del cielo
y un poco del sol?

Quizás
una de esas gotas, se elevó, dejando en el mar
un profundo vacío,
o surcó inadvertida
los ríos, los arroyos. 
Quizás fue angustia
en la humedad
de una almohada.

Quizá
esa gota fue una lágrima
escapando de su mirada,
una gota que entró en ella
al beber de una copa deseando olvidar.

Tal vez fue su sangre,
su cuerpo, su corazón...
Tal vez fue miedo, fue dolor,
tal vez silencio y desolación.

Quizá en una noche
de tristeza y soledad,
esa lágrima fue el amor deseando morir.
Quizá en una noche
de tristeza y soledad,
esa lágrima fue su alma.

Siento que la lluvia 
jamás se detendrá… 

¿Será por eso que la lluvia me causa tanta nostalgia?

Jorge Kagiagian

Amante Lunar




Ojos azules,

océano encantador;

tu cuerpo

envoltorio grácil

de un alma sensible,

apasionada y sutil.


En la intimidad 

de un cielo inquietante,

de una noche sin estrellas,

el brillo lunar

embriaga tus secretos

en cada mirada,

en cada suspiro.  

Escapan libres

tus silencios prisioneros. 


En la intimidad de la noche,

qué no dormirá

embriagada de amor,

te revelas amante y mujer.


Jorge Kagiagian