- ¿¡Es que no entiendes!?
- Tú eres quien no entiende, perdóname, no te amo.
- ¿Cómo puedes decir que no me amas después de lo que ha pasado? Nos entregamos mutuamente, fue perfecto, ¿O sólo querías sexo?
- No me mal interpretes. Lo tuvimos pero fue el alcohol lo que apresuró las cosas. No sabía lo que estaba haciendo hasta fue muy tarde. Sabes que si no fuera por eso ni un beso te hubiese dado.
- Eres cruel, sabías que llevo un año amándote, intentado acercarme a ti. Por favor, dame la oportunidad, puedo ser la persona que tu quieres. Déjame intentarlo.
- No. La respuesta es no.
- ¡Maldita sea! ¡No entiendes que te amo! ¡Daría mi vida por ti!
- ¡No me grites!
-¡Te grito por que quiero! ¡Estúpida!
Él y sus manos se acercaron a su cuello. El momento más maravilloso de su vida convertido en simple ritual físico, en una danza grotesca de cuerpos sin vacíos. Toda su vida, todo el amor que él había contenido ahora era desprecio. La cólera se desprendía de sus dedos mientras apretaba su cuello. Quería verla muerta, inerte, seca como el amor asesinado por ella. No puede ser posible tanto dolor. Aún está temblando de coraje, de repulsión.
El cuerpo yace sobre el sofá de la sala... tan hermosa, tan bella. Así debió ser siempre, silenciosa, perfecta.
Nidia Vidal
1 comentario:
-- síntesis de una gran idealización y belleza ..
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