Bensando tu boca
en otros mundos,
abro los ojos,
aún el sabor,
aún la humedad.
Tus labios de frambuesa
despiertan un voraz anhelo.
Mírame, llévame a la locura
el fervor de tu cuerpo
enciende mi alma.
En las noches frías,
ardamos juntos.
En las noches frías,
iluminemos al sol.
Flecha súbita,
inaudita,
relámpago cándido
y fugaz,
infinita estrella de tu rostro,
naufrago en el mar de tus ojos.
Tú, amante de ensueño,
yo, facineroso bandido,
inmerecedor de tu intimidad.
El silencio, crimen sin perdón.
Jorge Kagiagian
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abro los ojos, aún el sabor
aún la humedad, tus labios de frambuesa
despiertan como voraz anhelo