Carta para Elen


Amor de mi vida:

                       Se que han habido momentos difíciles, que todo ha sido complicado. Que la decepción se hizo presente en muchas oportunidades; palabras hirientes llenaron nuestras bocas y las lanzamos al otro con enfado. Hemos desperdiciado tanto tiempo, tanta energía. Pero aún así no quiero dejar de amarte, no quiero que irme de tu vida. No sé como vivir sin vos, aunque no nos veamos seguido, estás siempre en mi mente y todo lo que hago siempre esta inspirado, motivado en vos, en hacerte sentir bien y que veas en mi el hombre que siempre quisiste. Soy adicto a tus manos, adicto a tu boca, a tu cuerpo, a tu mirada, a tus palabras, adicto al resplandor de tu alma.

Demasiado tiempo llevo en la incertidumbre de tu amor, en el desvelo, en la oscuridad de una habitación vacía. Son muchos los recuerdos vividos, muchas sonrisas muerta, muchos abrazos que no fueron, muchos besos huérfanos. Mi tristeza y el dolor nada importan. Son el precio que estoy dispuesto a pagar para que la esperanza vuelva a nosotros, a nuestra relación, a nuestro amor. Solo necesitamos creer. Me haces falta pero duele, te amo pero te odio. Por favor, no bajes los brazos, ni te rinda. Yo nunca lo hice.

No quiero que sientas lástima por mí, no la merezco, ni la necesito. Y mucho menos pena. Sé muy bien que no merezco estar a tu lado pero vos tampoco estar al mío. Fuimos tercos, egoístas y muy malos el uno con el otro. Pero aún así, no quiero dejar de amarte. Mi amor por vos se muere lentamente y con el algo en mí. Siento más apatía y frustración. Me alejo de vos cada día un paso más y aparentas que esto no te importa.
Duelen tanto los recuerdos, los espacios vacíos, todo lo que hacíamos juntos no lo puedo hacer solo sin extrañarte.

No quiero salir con otra mujer, no quiero besar otros labios, no quiero que otro cuerpo sea mio.
Quiero vivir en paz a tu lado, sin problemas, sin discusiones. Quiero compartir solo alegrías y risas. Sos la única mujer que existe en mi mente. La única que despierta en mí el amor y el deseo.

Sos un tesoro revelado, el sueño del hombre desvelado. Sos vos, mi todo, mi nada, lo cercano, lo infinito, lo inalcanzable. No me abandones en el camino, por favor, hay mucha belleza por recorrer.

Jorge Kagiagian
Dedicado a Elen Mirakian

PD: Perdoname, no he hecho otra cosa más que amarte.





No hay comentarios.: