
Quiero arder en el infierno quiero que ardan mis pecados
Satanás llevame contigo quiero estar siempre a tu lado
dame tu dolor cobíjame en tu amargura
quémame en tu fuego hazme perder la cordura.
Narradora de ilusiones traicionadas y sueños moribundos.
Combinados, como por arte de alquimia, lo despreciable con lo hermoso juntos en el mismo compás.
En mi lecho de muerte descanso. Por algún motivo la conciencia no se aleja de mí, sigo razonando y sintiendo como antes de estar aquí. Veo a través de la oscuridad sin esfuerzo alguno, y el dolor punzante de mi alma está presente, es permanente y tan intenso pero ya me he acostumbrado a sentirlo incluso a disfrutarlo y a vivirlo.