Te elevas en la noche blanca
tus pies livianos se apartan del mundo
te alejan de mí, te llevan al edén.
Trato de retenerte, trato de no llorar.
No te vayas, por favor.
Ya no existes pero estas aquí
tu pecho dicta lo que mi corazón desea.
Ya no eres pero siempre serás
tu mirada dice lo que mi alma calla.
No me hieras, por favor.
No hay crímenes, no hay castigos
apenas vértigo y ansiedad.
No hay ángeles, ni armonías
apenas angustia y soledad.
No me dejes, por favor.
Te esperan, se oyen melodías
pronto te iras, nada puede hacer.
Cierras los ojos y tu mano se vacía
abatido en tu ausencia, nada me consuela
Ya nada importa, nada queda.
Pesa mi dolor y mi anhelo
anhelo de un último adiós, de un último beso
de un último clamor y un último sosiego
Vuelve, enamórame una vez más
Vuelve, por favor, te lo ruego.
Jorge Kagiagian
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