Narradora de ilusiones traicionadas y sueños moribundos. Combinados, como por arte de alquimia, lo despreciable con lo hermoso juntos en el mismo compás.
Si te dijera que besarte fue haber alcanzado un antiguo deseo de mi alma
Si te dijera que jamás me he atrevido siquiera a imaginar el sabor de tu boca,
ni el de tus pechos desnudos, ni tu respiración agitada en mi cuello