Un día contigo (De un padre a su hija)




Un día contigo (De un padre a su hija)

No preciso reloj, ni despertador; es ella quien se encargará
Muy temprano y sin excepción, día tras día se repetirá.
Gritos y revuelo; pasos veloces y un salto repentino.
Me levanto en el torbellino de sus besos y abrazos
Quiero enojarme, pero ¿Cómo hacerlo?
Si al verla me enamoro y me desgarro en el adiós.
Desayuna de forma atolondrada y veloz;
debería llamarle la atención, o un pequeño reto quizás
pero no puedo evitar ser cómplice de sus travesuras.

Vistes un delantal rosado y una pequeña mochila.
Al cruzar la calle, me sujetas con fuerza
desde allí abajo tus ojos me miran y me llaman papá.
Nos despedimos y ya te comienzo a extrañar
aun sabiendo que pronto nos volveremos a ver.

La hora llega, vuelvo rápido a mi hogar
Tengo una cita con leche y galletas, una cita a la que no puedo fallar.
La cola sobre el suelo y hojas por doquier
Amarillo, naranja y rojo; violeta, verde y azul
En sus manos y en su cara se mezclan los arcoíris
Pinta hija mía; pinta tus fantasías y mis sueños
Porque eres tú mi princesa; porque eres tú quien me hace rey.

Pies descalzos, muñecas y juguetes mil
Con tus pendientes de perlas, eres mi Wendy y mi idea feliz
Me conviertes en Peter Pan. Viajo contigo a Nunca Jamás.
No entiendes por qué me detengo a mirarte una y otra vez
Aún no imaginas cuánto un padre puede amar.

Noches, lunas y estrellas
terminan sus juegos y nada puedo hacer.
Las últimas risas brotan como rosas de primavera.
Poco a poco, casi sin darte cuenta…
te duermes entre las almohadas de aquel sillón.
Lento y silencioso, te alzo hasta tu cama.

Estás en tu mundo de ensueño mientras yo te guardo en mis brazos
Las horas llegarán y pesarán sobre mis ojos…
Y sosteniendo tu mano me quedaré dormido junto a ti
sin haber entendido cómo alguien tan simple como yo
puede ser el padre de un ser tan maravilloso como lo eres tú.

Jorge Kagiagian







No preciso reloj, ni despertador es ella quien se encargará
Muy temprano y sin excepción, día tras día se repetirá.
Gritos y revuelo; pasos veloces y un salto repentino.
Me levanto en el torbellino de sus besos y abrazos
Quiero enojarme pero ¿Cómo hacerlo?
Si al verla me enamoro y me desgarro en el adiós.
Desayuna de forma atolondrada y veloz;
debería llamarle la atención, o un pequeño reto quizás
pero no puedo evitar ser cómplice de sus travesuras.