Primera vez





Me encuentro perdido y ansioso. Anhelo que el momento de verte llegue, me hace mucha falta tu compañía, la añoro como el caminante de las arenas al oasis. Quiero beber de tu ternura una vez más.

Los días pasan lentamente, el tiempo casi se detiene para quien espera impaciente. Te quiero, te necesito y te extraño… ninguna de esas frases sirven, son demasiado débiles. Me desbordan las emociones; solo puedo mirarte a los ojos para que veas allí el calor de mi alma encantada de amor y ansiedad.

Evoca mi memoria aquel día primaveral, aquel momento en que mis labios tocaron tímidamente los tuyos, cuando sentí tu cuerpo presionando mi pecho.
Eres niña y mujer. Eres vida y locura… única como el primer amor.

Fantaseo con verte una vez más, imagino cómo será. Invento historias en mi mente que se rinden a tu recuerdo inevitable.
Te veo en mis fantasías… donde eres mía... donde eres mi mujer… donde soy tu hombre. Siento que me invade el miedo entremezclado con el ansia y el deseo.
Estoy desorientado, sin poder creer nada de lo que sucede.

Me veo besando tus labios, ellos saben a esperanza… deseo morderlos fuertemente, me contengo pero sí lo hago suave. Mi mano rodea tu cintura y te acerca firme hacia mí, nuevamente tus pechos sobre el mío… siento la revancha de aquella primera vez.
Nunca fui dueño de tu cuerpo pero no puedo dejar de soñarlo…
Recorro tu cuello lentamente, respirando el perfume de vida que me inunda de tu sensualidad.
Cierras los ojos, me devuelves uno a uno todos los besos que mi boca te dio; Vergonzosamente miro tus ojos, caigo en ellos. Acaricio tu rostro. Deseo llorar, me resisto pero las lágrimas felices recorren mi cara y en un fuerte abrazo humedecen tus mejillas.

Quiero detener mi soñar pero no puedo porque mi voluntad ya no me pertenece…
Sin prisa, desabrocho tu blusa; uno a uno cada botón. Lentamente descubro la totalidad de tu cuerpo, siento caer a tus pies cautivado… tu desnudez rebela la milagrosa y delicada obra del creador. Fue él quien te puso en mis manos para nunca más dejarte ir.

Poco a poco me desvisto, me ayudan tus manos… te recuesto suavemente en mi cama deseosa, tan cuidadoso como al más frágil de los tesoros.

Sigo besándote tan suave, tan lento. Mi boca se desliza desde tu cuello bajando sumisa y ansiosa hasta tus pechos, siento emoción y locura. Paso por tu ombligo y tu vientre, dejaste escapar un hondo suspiro. Nada detuvo mis besos, llegaron a todo tu ser.

Te miro a los ojos, me veo reflejados en ellos. Tus mejillas se llenan de un tímido rubor.
Nuestras bocas fundidas junto a nuestros cuerpos… somos nuevamente un solo alma, cumplen el destino de encontrar su otra mitad.
Mi cuerpo, sobre el tuyo. Siento tu calor… no puedo frenarme ya. Tan hermoso como el sentimiento de libertad, tan bello… Poco a poco la pasión ocupa su lugar. Entre amor y locura perdemos el control. Nada nos detiene, somos prisioneros de nuestra sentir... agitados y estremecidos explotamos juntos en un abrazo final.

Sin pronunciar palabras, apoyas tu cabeza sobre mi pecho sintiendo el agitado palpitar de mi corazón. Dormimos en esa misma cama ahora colmada de paz, mis brazos rodean tu cuerpo de espaldas al mío.
Al amanecer, mis ojos se abren primeros que los tuyos…se posan sobre tu cara serena, te miran hechizados durante horas que parecen años bellos y eternos...
En estos días mi mente pensó muchas cosas pero lo más hermoso fue que nos imaginé por siempre enamorados.

Jorge Kagiagian

2 comentarios:

Susana H dijo...

"Es un canto a la vida, lleno de esperanza. Hay un tiempo para el amor y ese es un espacio maravilloso e impostrgable. Hay que desear fuertemente que los sueños se cumplan"

Anónimo dijo...

Qué lindo, Kevork! Me encantó! Pena que en la vida real no se encuentre gente que vea las cosas así!
Beso
"Pili"